Me despido de una serie que me ha acompañado a lo largo de bastante tiempo. Una serie que ha sabido mejorar con el paso de los capítulos sin llegar a caer en la monotonía de las que otras del género suelen pecar.
Smallville narra la historia de cómo se forja
Superman. De las aventuras en las que un joven
Clark Kent descubre sus poderes, con los que debe enfrentarse a toda clase de seres que han sido afectados por la lluvia de
kriptonita que calló sobre el pueblo que da nombre a esta serie. Y a su vez nos cuenta la lucha de un hombre por hallar su lugar en el mundo. Y es que
Smallville no es sólo un cómic en movimiento cuya finalidad es la de entretenernos, sino que se trata de una producción que transmite valores esenciales y un claro mensaje a todos sus espectadores.
En las primeras temporadas descubrimos a un
Clark Kent torpe e inexperto que va adquiriendo confianza en sí mismo y en sus habilidades a medida que se enfrenta a sus enemigos y a las situaciones cotidianas de un adolescente. De igual modo comienza a plantearse cuestiones sobre su pasado y sobre el tipo de relaciones que debe mantener con las personas que convive. Con el paso de los capítulos va descubriendo algo más sobre quién es y de dónde viene.
Es a partir de la quinta temporada cuando la serie toma otra dinámica que le imprime la frescura necesaria como para seguir manteniendo al público enganchado.
Clark se enfrenta a enemigos más poderosos y decisivos para con la trama principal, tomando la actitud de héroe que le corresponde. Es en estas temporadas donde descubre más sobre quién es y cuál es su cometido en el mundo al que fue enviado. De igual modo, da comienzo su enfrentamiento con
Lex Luthor y aparecen otros superhéroes que le ayudarán tanto con los enemigos como a descubrir su misión.
Ya en la octava temporada comienza el desenlace. Se comienza a perfilar el superhéroe en el que
Clark se convertirá así como quienes son sus aliados, con los que forma
La Liga de la Justicia. Es donde conocemos a un
Clark más seguro pero al que aún le sobrevuelan algunas dudas sobre ciertos interrogantes que con el paso de los capítulos irá despejando. Desaparecen algunos personajes de peso dejando paso a otros que ocupan su lugar con garantías. Aparecen también los verdaderos rivales a los que
Clark tendrá que combatir, y continuarán los tiras y aflojas de las relaciones que
Clark mantiene con quienes le rodean, especialmente con
Lois.
Todo esto nos lleva a un final digno de ser recordado en el que
Superman aparece al fin haciendo lo que mejor sabe hacer.
A lo largo de toda la serie,
Clark tendrá que lidiar con su yo interior en cuanto a cuestiones vitales como su procedencia, su verdadero destino, su misión en la tierra y su deber para con la humanidad. Así como con el tipo de vida que debe llevar. Y es en este aspecto donde la serie gana, ya que si no fuera así, sería un mero envoltorio, bonito, eso si, pero un envoltorio al fin y al cabo. De esta forma la serie tiene más profundidad a la hora de tratar temas interesantes sobre las relaciones interpersonales y el análisis del yo profundo.
Smallville mantiene durante todas sus temporadas la misma estética, lo que hace que tenga una continuidad visual bastante decente. Los colores pasteles y el ligero estilo cómic permanecen intactos de principio a fin.
Uno de los puntos fuertes de esta producción son los efectos especiales y de sonido, que logran, sin ser demasiado ostentosos, dar cierto realismo a algunas de las situaciones que tienen lugar en la serie. La realización cumple regalándonos algunos planos bastante complejos que sirven para apoyar la narración en ese momento.
Otro de los puntos fuertes es la BSO, confeccionada por canciones de grupos populares que llegan incluso a tocar en algunos de los capítulos. Estas canciones han sido utilizadas a conciencia para potenciar las sensaciones que con la imagen tratan de hacernos llegar.
Esta serie está encabezada por un magnífico
Tom Welling, en la que quizá sea una de las mejores interpretaciones de su carrera, que está rodeado de un elenco de lujo entre los que cabe destacar a
John Glover interpretando de forma sublime el papel de
Lionel Luthor;
Annette O´Toole, quien ya interpretara a
Lana Lang pero que esta vez se encarga de dar vida a
Martha Kent o
John Schneider que da vida a un memorable
Jonathan Kent. De igual modo, como personajes secundarios importantes, acompañarán a
Clark Kent a lo largo de toda la serie:
Chloe Sullivan (personaje creado en exclusiva para la serie), bien interpretado por
Allison Mack y que se convierte en la mejor amiga y confidente de
Clark.
Pete Ross, interpretado por
Sam Jones III, un fiel amigo de
Clark en las primeras temporadas. El primer amor del adolescente de
Clark,
Lana Lang a quien una fabulosa
Kristin Kreuk da vida.
Lois Lane, el definitivo amor de
Clark y que corre a cargo de la bellisima
Erica Durance. El cambiante
Lex Luthor al que pone rostro un acertado
Michael Rosenbaum. Y al fiel compañero de
Clark, que hace en esta serie de escudero del gran superhéroe,
Oliver Queen, más conocido como
Flecha Verde, cuyo rostro oculta bajo la capucha un sarcástico
Justin Hartley.
También debemos destacar la aparición de algunos actores que tienen bastante importancia en la trama principal como son el que fuera el mejor
Superman que hemos podido ver en el cine,
Christopher Reeve, que esta vez es el encargado de dar vida al
Doctor Swann, el cual ayudará a
Clark a conocer más sobre sus orígenes.
James Marsters, que nos regala una actuación bastante decente mostrando dos caras muy diferentes y una pareja de actores que harán las delicias de los más nostálgicos al ser ellos quienes encarnaban en la ya olvidada serie
Lois y Clark a los protagonistas de esta serie,
Dean Cain y
Teri Hatcher.
Seguro que se queda en el tintero más de un reconocido actor que, o bien se sirvió de la serie como trampolín hacia otros proyectos o le sirvió para seguir creciendo como actor y asentar su carrera.
Lo que está claro es que cada uno de estos actores ha llevado a cabo una interpretación loable dentro de sus límites con la que han conseguido crear unos cimientos para asentar una buena historia. Si bien han pecado de usar en exceso algunas expresiones, los personajes han evolucionado con el transcurso de la acción y los acontecimientos que han vivido en la serie, y esto es un hecho importante.
Smallville no es una serie más de superhéroes, va mucho más allá. La forma en la que plantea cada capítulo, cómo actúan los personajes según lo que les ocurre. Son lecciones de ética y moral aplicable a cualquier situación. Por ello, todo aquel que vea la serie no sólo pasará un buen rato en el que la diversión estará garantizada sino que será invitado a cuestionarse a sí mismo en un ejercicio de introspección propiciado por la serie misma, ya que más de una vez removerá nuestras entrañas y nos hará pensar en lo que estamos haciendo con nuestras vidas.
Sin lugar a dudas, el culmen de esta serie lo hallamos en un final que, como a lo largo de la serie, nos hará sentir emociones encontradas y de una gran variedad.
Por esto y mucho más, yo recomiendo
Smallville.