miércoles, 29 de marzo de 2017

Las ventajas de ser un marginado

A veces algo se nos rompe por dentro y cada pedazo queda repartido como pequeñas piezas de puzzle que tratan de volver a unirse por si solas. Pero esto no es tan fácil como parece. Esto no suele ocurrir. Entonces llega alguien que nos ve y nos abraza juntando todas esas piezas y haciendo que encajen más o menos de una forma adecuada, pero esto no evita que falten pedazos o que los trozos estén unidos de la mejor forma. Y quedan vacíos que tratamos de llenar con lo primero que tenemos a mano cometiendo así el mayor de los errores, pues muchas veces escogemos aquello que no merecemos y que a la larga nos destroza aún más.
Ésta es una de esas películas que nos enseña que todos podemos ser héroes, que hemos nacido para ajustar las piezas sueltas de alguien, para encajar nuestras piezas con las de alguien para hacer descubrir y descubrir quienes verdaderamente somos. Es una de esas historias que tratan de hacernos comprender que siempre se puede comenzar de nuevo dejando atrás lo que un día fuimos para llegar a ser lo que debemos ser, sin temores ni vergüenza a ser señalados.
Tan trágica como esperanzadora con momentos llenos de luz que se disuelven entre destellos al son de una banda sonora original y fresca recordándonos una de esas etapas de cambio que transforma haciéndonos mantener la ilusión incluso en ciertos malos momentos.
Preciosa y singular, nos lleva a lo más oscuro mediante su luminosidad contando la historia de unos personajes peculiares y variopintos de personalidad marcada que se mueven con cierta soltura por el complicado tablero en el que les ha tocado jugar.
Llamativa composición e interesante montaje de los sucesivos planos que nos llevan a un final sorprendente y difícil de olvidar, de esos que marcan un antes y un después, ya que esta película no dejará indiferente a nadie.
Recordad, hay personas que un día se pusieron su coraza por algún motivo importante pero que la tengan no quiere decir que no se la puedan quitar. Hay personas que se vuelven invisibles con el paso del tiempo pero nos gritan para llamar nuestra atención, sólo hay que saber escuchar. Detrás de una persona callada puede encontrarse una persona maravillosa que nos encantará haber conocido.
Recordad, podemos ser infinitos. Podemos ser inmortales, pues no moriremos mientras permanezcamos en la mente de alguien.

domingo, 5 de marzo de 2017

500 Días juntos

Pequeña. Brillante. Vibrante. Un canto al desamor, a la caída de ídolos y relaciones idealizadas. Todo un tributo a aquellas historias fugaces que no acaban bien. Y como no podría ser de otra manera, desde el punto de vista de "la victima". Sí. De quien sufre el desamor. De quien no entiende la ruptura ni los motivos de esta. De quien pasa de saber lo que es amar a odiar incluso la propia palabra; a no comprender nada viviendo a medio camino entre la incertidumbre, la esperanza, el dolor y el odio.
Y contado en pequeños fragmentos que debemos unir por nuestra cuenta hasta montar la historia tal cual es. Un soberbio ejercicio que se une por detalles imperceptibles que dan total sentido a la trama una vez ésta queda conclusa en un final enmascarado que nos devuelve la ilusión. Si. Porque el final es como un reinicio, una nueva oportunidad que siempre está ahí incluso cuando no la buscamos. Una bofetada que nos devuelve a la realidad donde no existen los juegos de artificio, ni el destino, ni las casualidades sino las acciones propias que nos impulsan a nuevas circunstancias, experiencias y vivencias.
¿Qué es el amor? Es la pregunta que nos lanza esta película. Dejándonos más que clara la evidencia de que nos hemos convertido en una sociedad incapaz de demostrar o decir lo que siente cara a cara, sin utilizar espejos ni espejismos, poniendo siempre etiquetas a lo que siempre fue y existió sin tener nunca nombre alguno hasta que decidimos darle uno. Del mismo modo nos libera al hacernos conscientes de lo que supone una ruptura, o incluso una relación, y lo patético que es no reconocerla. Si, debemos pasar el duelo, claro, pero una vez superado esto no nos queda más que levantarnos, sacudirnos el polvo, levantar la cabeza y seguir caminando con la mayor dignidad posible hacia nuestro verdadero objetivo, quizá cegado por la necesidad; quizá obviado por el propio amor. Las ilusiones, las falsas esperanzas deben ser abandonadas por nuestro bien, por nuestra propia salud mental. Debemos derrumbar ídolos y no idealizar a las personas porque esto se puede convertir en una obsesión.
Impecables los protagonistas, que nos llevan de la mano con cierta exquisitez y locura por todas aquellas situaciones que los unen y los alejan. Odiamos a Summer, su frescura, su lunar, su pelo, pero quizá la odiamos porque se presenta como un ideal inalcanzable, alguien que sabe que el amor no corresponde con fórmulas sino con sensaciones y sentimientos que pueden surgir de la noche a la mañana. Y por eso la odiamos, pero también la queremos. Y adoramos a Tom, que cándido e inocente cree que todo es posible hasta que su mundo se desquebraja y entonces es empujado a una realidad tremenda que nos hace a todos despertar. Y queremos abofetearle para que espabile del mismo modo que nos abofetearíamos a nosotros mismos. Enormes e inolvidables para siempre en el imaginario de los cinéfilos y esas tribus urbanas que ven su reflejo en ellos. Pues no son algo común.
Y tan originales como ellos, la forma en la que se les representa, en la que se capta cada momento y situación, llevándonos desde una realidad contundente, casi palpable, a una especie de ensoñación en la que el protagonista se resguarda en momentos de difícil digestión. Todo aderezado con una banda sonora sublime, única, que no sólo nos introducirá hasta el fondo de la historia sino que nos hará empatizar aún más con los personajes.

Ñoña para algunos; clásico para otros. Obra de arte para mí. Una historia de (des)amor como nunca antes se había contado. Toda una apuesta que salió triunfante.


viernes, 3 de marzo de 2017

#Apariencias

Nunca antes lo había hecho. Tampoco es que me lo hayan pedido. Cuando me lo propusieron no dudé ni un segundo en dar mi respuesta y es que tenía más que claro que me quería embarcar en semejante aventura, probar suerte, probarme a mí mismo. Porque... ¿No es la misión de superarnos a nosotros mismo la más importante? ¿No es probar nuevas experiencias el mayor de los placeres de vivir? Estoy convencido de que si. 

Hace unas semanas, la polifacética todoterreno Verónica Goya me presentó a Yazmina Guerra. Venía con tres guiones bajo el brazo que había desempolvado y sacado a la luz después de algún tiempo bien guardados en un cajón. Los había escrito pero no tenía suficientes nociones como para dirigirlos. Le habían hablado bien de mí (mentían seguro XD) y me pidió que la ayudara a transformar las palabras en imágenes. Antes de leer el primero de los guiones que me había pasado ya sabía que iba a aceptar tal encargo... 
Tras leerlo, decidimos darle formato. Estaba escrito en un formato que no era demasiado apropiado para trabajar. También decidimos hacer algunos pequeños cambios, eso sí, sin alterar la esencia del guión. Sólo retocamos pequeños matices de algunas acciones y diálogos. Nos bastó una reunión para aclarar ciertos puntos y ponernos manos a la obra.
Vero no tardó en preparar el reparto. Ella y Yazmina (que también son actrices) tomarían los papeles de las dos mujeres protagonistas de esta comedia coral, mientras que Miguel Ángel Olivares y Agustín Montero serían los elegidos para los roles masculinos. Un elenco más que apropiado para dar vida a estos personajes.
Yo, por mi parte, seleccioné al equipo que me acompañaría en esta aventura. Davíd Díaz acudió conmigo a la reunión que mantuvimos con Yazmina y tuve claro en el momento en el que todo quedó cerrado que él sería mi técnico de imagen, mi director de fotografía y el editor del cortometraje. Quería que mi mano derecha, mi ayudante de dirección, fuera alguien profesional, alguien con quien tuviera confianza plena y hubiese cierta complicidad. Nuria Ferrer es todo un portento en este apartado y ella ocupó mi mente para esta tarea desde el primer día. Por otra parte, necesitaba a alguien con garra y con muchas ganas para echar una mano a David en la técnica. Necesitábamos a alguien que no se le cayera los anillo, decidida y sin miedo. Es por ello que escogí a Rocio Melo como técnico de sonido y asistente de David. La falta de experiencia la suple con las tremendas ganas, y eso para mí es esencial y muy importante. Un equipo corto pero competente que, a buen seguro, hará un gran trabajo. ¿Por qué lo sé? Porque todo estaremos haciendo algo que, como siempre digo, nos alimenta el alma.
Ya con el equipo cerrado y la localización adecuada fijada, por fin tenemos fecha de grabación. Pronto, las palabras que saltaron de la imaginación de Yazmina al papel cobrarán vida en forma de imágenes. Pronto podréis disfrutar de este proyecto, tanto como nosotros en hacerlo, titulado: Apariencias.

En esta página de Facebook encontraréis toda la información y adelantos de este proyecto: Facebook Apariencias