lunes, 10 de agosto de 2015

Nacido el cuatro de Julio

Algo más que el retrato de un instante de la historia de Estados Unidos y del mundo. La conmovedora historia de un joven que se alista como voluntario para combatir en la guerra de Vietnam convencido de que es la mejor forma de demostrar sus fuertes ideales conservadores y el amor por su patria. Algo que cambiará de forma rotunda al volver atado a una silla de ruedas y tras descubrir la mentira que les habían vendido.

Basada en las memorias homónimas de Ron Kovic, Oliver Stone recurre una vez más a un acontecimiento histórico para llevar a la gran pantalla una historia épica de destrucción personal y resurrección. Porque tras todo ese barro y sangre se encuentra una historia de superación en la que vemos el largo recorrido que una persona destrozada en todos los sentidos debe hacer hasta encontrar su lugar en el mundo, un propósito por el que vivir. Pero no sólo se trata de eso. Tanto Stone como el propio Kovic, al escribir la novela en la que se basa y el propio guión, dejan clara su denuncia pública y una dura crítica hacia ese acontecimiento histórico tratando de desenmascarar la verdad sobre lo que ocurrió, siendo más que visible el choque entre los diferentes ideales a lo largo de toda la película. Y es que tanto por situaciones concretas como por las discusiones y monólogos del protagonista, somos conscientes de la tensión provocada por el enfrentamiento ideológico en ese momento al igual que de la evolución que sufre el protagonista hasta el mismo final, pasando de ser un fuerte defensor de la guerra y el amor por la patria de forma incondicional a ser un activista en contra de la guerra y del planteamiento que el gobierno de su país hace sobre tal cosa. De igual modo, Stone muestra la horrible verdad que sufrían los veteranos de guerra heridos. Hospitales insalubres que mataban a más que salvaban, la falta de comprensión de vecinos y familiares ante tal trauma o incluso el olvido. Por lo que esta producción, a mi parecer, hace justicia sacando esa clase de trapos sucios a la palestra para que comprendamos que no todo es tan bonito y tan limpio como pensamos. También para que seamos conscientes de la transición por la que muchos se ven obligados a pasar y poder así comprender mejor todo cambio en ellos.
Todo esto es interesante, sí, pero aún más gracias a la presentación que tiene. El cine bélico/histórico siempre resulta interesante al público general porque puedes descubrir acontecimientos importantes de una forma amena. En este caso no iba a ser menos. Es una historia apasionante que en casi todo momento nos mantiene en vilo, aunque es cierto que a mitad de la película la trama se vuelve un poco repetitiva y tiende a caer en un bucle quizá un tanto innecesario y desagradable, pero también resulta ser una parte fundamental para comprender todo cuanto ocurre. El guión nos lleva de una situación a otra en volandas y sin dejarnos caer nunca en el aburrimiento o el desconcierto, pues todo ocurre por algún motivo y no queda nada al aire.

Pero es más que evidente que lo que hace que esta película sea reconocible y admirada es la espectacularidad con la que Stone trata el proyecto. No faltan esos grandes generales donde comprobamos la basta localización y todos los medios empleados para conseguir autenticidad y realismo. Los recurrentes y rápidos movimientos de cámara que hacen más espectaculares los momentos de mayor tensión. Así como esos planos ajustados para tratar los momentos más íntimos y transmitir de forma contundente los sentimientos del protagonista. También hace uso de un par de trucos para lograr un buen enfoque en algunos planos como usar croma. Sólo los más avispados se darán cuenta de que en la parte en la que Kovic está confesando que fue él quien mató a su compañero a la familia de éste, todos salen enfocados cuando ésto es imposible debido a la profundidad de campo. Stone empleó aquí el truco de usar el croma para poder apreciar la expresión de todos los rostros al conocer la noticia. Y podemos saber esto porque lo que rodea la imagen de Kovic está borroso tras haber incrustado su imagen sobre la otra. Este tipo de soluciones dejan claro que Stone cuida cada detalle a la hora de contar una historia.
La cuidada ambientación nos lleva desde una pequeña localidad americana hasta poblados vietnamitas pasando por un poblado mexicano. Cada una de las localizaciones debió ser escogida con mimo para representar cada uno de los lugares en los que transcurre la historia. Algo que mejora de forma considerable la interpretación de la historia y que nos sumerge en ella totalmente. Los efectos especiales empleados contribuyen de igual forma a que ésto se produzca. Están bien insertados tanto en las explosiones como en los disparos que los actores reciben. Y no podemos olvidar la excelente caracterización de los personajes, tanto de los heridos como del propio Tom Cruise en la evolución personal de su personaje. Tom no sólo envejece sino que vemos los efectos en él de la guerra. Algo cuidado al detalle que es todo un lujo.

Y es que Tom Cruise es el pilar sobre el que se asienta la película. No interpreta a Kovic sino que es él. Hace que la evolución de su personaje sea constante y sin altibajos en todos los aspectos, se adapta a cada situación que vive el personaje con solvencia y soltura demostrando que no es sólo un rostro bonito sino un actor talentoso capaz de asumir cualquier rol.
Y otro peso pesado que le acompaña es un desapercibido Willem Dafoe, cuyo papel queda en segundo plano y limitado por la propia trama, pero no por ésto es un personaje menos importante ya que contribuye a la evolución del protagonista. Encontramos un Dafoe espléndido cuya aparición es casi meritoria, aunque ésto no e impide demostrar el potencial que tiene como actor.


Podemos tildar esta producción de comercial y taquillera, vacía de contenido a pesar del llamativo continente en el que se encuentra. Pero no, nada de eso. Stone ha dado en el clavo, como casi siempre, al utilizar un acontecimiento histórico para lanzar críticas a diestro y siniestro, y hacer un profundo análisis sobre la superación del ser humano ante la adversidad.
El realizador recurre a técnicas interesantes para lograr lo que se propone y gracias a una gran labor de localización y ambientación, consigue que nos sintamos inmersos en la interesante historia de Kovic.
Nacido el cuatro de Julio es una obra de culto no apta para personas sensibles. un trozo de la historia narrado de forma inigualable y mostrado con todo detalle.