lunes, 29 de agosto de 2016

Donde hubo fuego quedan cenizas

Todos hemos leído alguna vez en la vida esas frases hechas que nos invitan a dejar a un lado nuestro orgullo para evitar perder a una persona o que una relación llena de luz y vida se marchite y muera. Y lo curioso es que en muchos casos hemos tenido la oportunidad de llevar a cabo lo que tal frase nos invita a hacer y no lo hemos hecho precisamente por eso, por orgullo, porque pensamos que no debemos dar el paso sino que lo debe dar la otra persona, porque nosotros somos los ofendidos, porque nosotros no hemos cambiado pero ellos sí, porque no somos culpables de que una relación (de la índole que sea) se vaya al garete. Pero..., ¿de verdad no somos culpables?
Ya os digo yo que SÍ, lo somos. Porque somos los primeros que podemos solucionar las cosas y no lo hacemos. Porque dejamos pasar el tiempo, que consigue que una pequeña brecha se convierta en un abismo insalvable. Porque no tomamos la más simple y mejor de las soluciones: Hablar para solucionar cualquier problema o arrojar luz sobre cualquier duda, o, simplemente, para aclarar los malentendidos que se hayan podido dar. Es simple, ¿verdad?
Siempre he tirado de orgullo, o quizá desidia, para estas cosas. Siempre he pensado que no soy más que nadie, pero tampoco menos y, claro, la otra persona también puede dar el paso y buscarme si lo quiere. Pero, ¿y si ambos esperamos a que uno de los dos tome una decisión que nunca se toma? ¿Y si nos pasamos la vida esperando algo que nunca va a tener lugar? Así, de esta forma, es como se acaban las relaciones, las amistades. Así se pone fin a todo cuanto una vez nos hizo feliz. Así nos despedimos de las personas que significaron algo en nuestras vidas sin un adiós, sin una respuesta a esa pregunta que nunca se hizo. Así perdí a muchas personas que me importaban...
Es por ello que he tomado la decisión más valiente; es por ello que te invito a ti, querido lector, a hacer lo mismo. Dejar a un lado el orgullo y hablar, resolver los problemas o dudas, aclarar las cosas con esas personas que una vez nos importaron tanto que su vacío consternó nuestras vidas.  Retomar esas relaciones que tanto nos aportaron, que jamás pensaríamos que se destruirían pero que ya, hoy, no están.
Es evidente que a lo largo de nuestra vida habrá personas que entrarán y saldrán, aportarán y se llevarán, construirán o destruirán... Está más que claro que no todas esas personas que se subirán a nuestro tren continuarán durante todo el trayecto. Pero hay personas que llegan, nos iluminan, y queremos que permanezcan a nuestro lado toda la vida. Entonces, ¿por qué permitirnos perderlas por guardar silencio cuando deberíamos hablar?
No cometas la estupidez de permitir al silencio que arregle las cosas porque nunca lo hará. No pierdas la oportunidad de retomar una relación por el orgullo. No dejes que todo se acabe sin más. Sé valiente y da el paso porque nadie lo hará por ti.

martes, 9 de agosto de 2016

Ama, Ama, que ensancha el alma

Y algún día alguien te dará tanto amor que no lo podrás soportar. Te preguntarás cómo; no sabrás por qué, pero una persona hará temblar los cimientos de tu ser con acciones increíbles y francas palabras. En ese momento sólo debes dejarte llevar por la inercia de las emociones y los sentimientos hasta alcanzar ese punto que quizá necesita tu alma. Porque el amor no entiende de razón, porque es algo que llega tan rápido que ni lo esperas. Por ello, no hagas preguntas que no tienen respuesta, no cuestiones todo cuanto sucede y tan sólo disfruta de todo aquello que llega, sin más. No cometas el error de esconderte tras una coraza que el tiempo y las decepciones se han encargado de construir ante ti por miedo a que lleguen de nuevo esos sentimientos que quizá algún día pensaste que jamás regresarían, por temor a abrir tu vida a alguien que puede curar viejas heridas y que te puede hacer volver a soñar aun cuando no duermes.

Vive el momento sin llegar a plantearte dónde o con quién estarás al día siguiente, porque los buenos recuerdos tan sólo se fabrican disfrutando de cada una de las cosas con las que nos deleita el día. Porque muchas veces esos planes inesperados y por sorpresa, que surgen de la nada, son el mejor plan que nos ofrece sensaciones únicas e inigualables. Vive, vive y vuelve a vivir sin miedo y sin la asfixiante incertidumbre que surge sobre el mañana, porque sólo viviendo el hoy podrás construir un mañana y recordar un ayer. 
Salta, baila, canta, ríe... Haz todo aquello que deseas hacer sin remordimientos ni pensando en el qué dirán, pues la única voz a la que debes escuchar es la de tu interior, y nada más.
Sólo si tienes la certeza de que lo puedes hacer todo, podrás hacerlo todo.
Recuérdalo, nunca lo olvides. Y ama, ama, que ensancha el alma.

miércoles, 3 de agosto de 2016

¿Hay algo peor que te destrocen el alma?

Llega sin que lo esperes, como un terremoto que sacude tus cimientos y destruye tu universo para siempre, pues aunque sabes que algún día se recompondrá, ya nunca volverá a ser igual.
Te destroza, dejándote el alma en pedazos tan pequeños que apenas crees que puedas encontrarlos o que alguien pueda ayudarte a buscarlos, ya que por el camino se van perdiendo pues las manos no abarcan a sujetarlos.
Es como una bomba que apaga todas las luces sumiéndote en la más profunda oscuridad, sin permitirte ver el camino que puede continuar sino más bien un abismo que se extiende como una gran boca negra que te engulle sin que lo puedas evitar.
Nada vuelve a ser igual, nada. Todo cambia y se vuelve más gris, más triste. La felicidad se esfuma, el carácter se transforma y te envuelves en una coraza del más duro metal para evitar que algo así vuelva a pasar. No confías a nadie ese sentimiento tan puro que todo lo puede mejorar. No le cedes a nadie ni la más mínima posibilidad, ya que te encierras en tus propios pensamientos mientras te carcomen por dentro las dudas y el pesar.
No puedes engañarte a ti mismo con las bonitas palabras que les regalas a los demás tratando de ocultar todo cuanto bulle en tu cabeza a toda velocidad. Y hay un momento en el que no sabes si lo correcto es seguir o parar.

Hoy, justo hoy, hace un año que me rompieron el corazón en mil pedazos. Sigue roto y creo que nunca lo voy a arreglar...