domingo, 14 de febrero de 2016

Furia de titanes

Remake del clásico homónimo del 81 de Desmond David y adaptación (muy libre) del mito de Perseo. Furia de titanes se aleja del mito al que trata de retratar buscando la espectacularidad de acontecimientos en lugar de la fidelidad a la mitología, un error que la hace menos interesante pero, sin duda, mucho más entretenida y vistosa.

Perseo, un semidios, bastardo de Zeus, debe enfrentarse a una escasa pero contundente variedad de seres mitológicos durante unas misiones con el fin de salvar a la humanidad de la furia de los dioses, que se debaten en una guerra entre ellos mismo por dominar el mundo y con los hombres para hacerles saber quiénes son los que mandan.
En sí, la historia es la simple y trillada aventura épica de un héroe que se dirige hacia una misión suicida para cumplir con su destino. No hay mucho más. Incluso se podría haber realizado bajo otro contexto o con una historia atemporal y el resultado sería exactamente el mismo.  Los diálogos se pasan de modernos así como las acciones de acrobáticas, estando siempre por encima la acción a todo mensaje mitológico que de esta historia se pudiese sacar. En cierto modo, da la sensación de que apenas se han documentado para hacer la película, y no ya sólo eso, sino que se sigue la estela de lo que impera cuando se trata de adaptar algún mito clásico, se antepone a la fidelidad "histórica" lo actual para llegar mejor al público y con esto se comete el error de restarle veracidad a la historia. Con cuidar el vestuario, la caracterización o escoger a conciencia las localizaciones no basta para lograr que la esencia se mantenga. La rigurosidad a la hora de plantear las acciones y los diálogos es vital para salvaguardar la esencia de la historia y que todo parezca lo más veraz posible. En esta producción, por desgracia, se obvia esto.
De igual forma, apenas algunos pequeños detalles en determinadas situaciones puede parecer transmitir algo más trascendental que ver a un tipo tratando de salvar el mundo. Pero ojo, su simplicidad en las tramas y en el transcurso de la historia no significa que no se trate de una película entretenida, más que digna para verla con un buen bol de palomitas delante, pues para poco más da, eso sí.
Intentando sacar algo en claro, se puede percibir entre espadazo y espadazo algo que podría ser evidente, y es que esta película trata sobre la lucha del hombre contra esos seres poderosos que tratan de dominarnos imponiéndonos sus normas, al igual que la constante lucha entre gobierno y oposición por lograr el poder. Valores como la lealtad, el compañerismo, la valentía al afrontar un reto o la constancia están más que presentes a lo largo de toda la película. El mayor problema es que no sabe aprovechar otros factores que le aportarían profundidad a la historia. No se centra en las dudas existenciales del protagonista, ni se tratan las relaciones interpersonales entre personajes, la historia romántica pasa de puntillas a lo largo de toda la película... Es evidente que, mediante un guión más complejo y elaborado, se podría haber logrado tocar temas de mayor enjundia que hubiesen hecho que la película se hubiese vuelto mucho más interesante, pero quizá esto no interesaba.

Sin lugar a dudas, el apartado técnico es el que más peso tiene sobre la película, ya que gran parte de su éxito se debe a los logrados, y espectaculares, efectos especiales que modelan a los seres mitológicos dándoles un aspecto real y movimientos muy fluidos. Los planos, mostrando unos entornos impresionantes, junto con los movimientos de cámara se encargan de aportar dinamismo a la película, contribuyendo a que la acción sea mucho más espectacular y la épica esté siempre presente. Las vibraciones en algunos planos consiguen ese efecto de caos tan habitual en las guerras a pesar de que en pantalla el número de participantes es más bien reducido en algunos casos.
Pese a todo, la parte técnica también tiene sus sombras. Y es que, aunque esta película fue emitida en su día en cines en 3D, lo cierto es que está grabada en 2D. El efecto de 3D se insertó en postproducción, lo que hace que no sea un efecto 3D real sino más bien una sensación de relieve. Esto es algo que ya traté en otra publicación: Bienvenidos a la tercera dimensión, por lo que me ahorro el explicarlo una vez más.
La fotografía es correcta, la usual para este tipo de películas, pero es cierto que no se acerca a la calidad de otras, ni es como para destacar. La escenografía consta de muchas coreografías de peleas, las cuales son comunes y no demasiado vistosas. Por lo demás sirven para facilitar algún movimiento de cámara o aportar algo de dinamismo al conjunto.
Como ya he mencionado antes, las localizaciones juegan un papel fundamental (se rodó parte en Canarias, España) mostrando entornos dignos de los cuentos clásicos como en el que se basa esta película. Zonas de piedra volcánicas, desérticas, de pizarra, que son toda una delicia y que nos muestran sin reparos, haciéndole la justicia que merecen. Las caracterizaciones podrían rozar el ridículo de no ser por el aspecto final que logran gracias a los efectos, al menos en los dioses. En el resto de personajes, es cierto que está muy bien llevada a cabo, aportando esa fidelidad que no aporta el guión.
En cuanto a la banda sonora, se trata de una composición que realza lo épico de la película transmitiendo en todo momento sensaciones de frenetismo. Pero también hay partes, más melodiosas y calmadas, que sirven para apoyar las (pocas) escenas íntimas entre Io y Perseo.

El reparto, colmado de estrellas como Liam Neeson o Ralph Fiennes junto con algunas jóvenes promesas que comienzan a despuntar como Sam Worthington o Gemma Arterton, es clave del éxito que tuvo esta producción en taquilla. Bien es cierto que sus interpretaciones se ven limitadas por personajes más bien planos que se limitan a llevar a cabo las acciones marcadas por el guión, pero, como profesionales que son, tratan de ofrecer la mejor versión de sus mitológicos personajes dotándoles de una personalidad característica que los puede alejar de otras versiones.


Furia de titanes es entretenida y poco más. Una película para llenar salas de comedores de palomitas que no buscan más que el entretenimiento fácil. En cierto modo son de agradecer estas películas cuando tan sólo buscas eso, pasar un buen rato sin tener que darle demasiado al coco o entrar en temas demasiado peliagudos.
No profundiza en aquello que la podría haber hecho mucho más interesante al tratar temas de verdadera importancia y que la habrían hecho mucho más compleja de lo que es. No desarrolla las subtramas ni las inquietudes de los personajes, tan sólo se limita a narrar una serie de acontecimientos y a representarlos tal cual se muestran, sin añadidos, ni mediante un discurso audiovisual elaborado.
Es una pena que una película que podría haber sido mucho más se haya quedado en algo tan simple. Y no olvidemos el fallo con el 3D, al cuál se le podría haber sacado mucho más partido.

No hay comentarios:

Publicar un comentario